miércoles, 25 de febrero de 2009

Días dificiles


Hoy que la vida es difícil, nadie que no haya pasado por esto, no se puede imaginar lo dura que puede ser, la enfermedad de alzheimer, el vivir sin recuerdos presentes, solo se acuerdan de los años lejanos, cada dia es mas difícil vivir con un enfermo, la ansiedad que se acumula todos los días, la desesperanza, ya ni siquiera se puede pasar un rato viendo algo como la tele hay que tener cuidado de lo que ve, estos enfermos se meten en las historias y las viven como cosa de ellos.

Hoy que todo lo prometen y que nada dan, esos políticos que anuncian ayudas que no llegan, solo piden papeles que deben de tirar a la basura.

Yo que amo la vida, ya no se ni lo que deseo.

Amigos perdonar, pero hoy no asido un buen dia, cuidaros mucho.

Un beso.

Sirena

lunes, 16 de febrero de 2009

Mujeres Valientes


Mujeres Valientes

Hace muchos años que naci, en un pueblo minero, de una familia de mineros, gente muy trabajadora, el oficio de la mina es uno de los trabajos mas duros, junto con el de los marineros, me siento muy orgullosa de ello, pues tenía una familia estupenda.
Mi abuela se quedo viuda en la guerra, y ella sola saco a sus hijos
adelante, nadie puede sospechar cuanto trabajos realizó, desde trabajar en una cantera a coger carbón en una escombrera, hasta que pudo comprar una maquina de coser, pues ella era sastre, a partir de ese momento se gamo la vida cosiendo, ¡ cuantas horas cosía, de la madrugada a la noche!.
Yo siempre la vi coser, era una mujer que para sus tiempos sabía leer muy bien, los domingos, después de ir misa, pues era una mujer devota, se ponía a leer ya que esos días no cosía, pues decía que era fiesta de guardar.
¡Cuantas cosas me contó!, ¡cuanto aprendí de ella!.
Cruzó varias veces España, para estar al lado de su hija, ya que en el año 1954, mi padre minero también, tubo un accidente de mina y se trasladó a su tierra natal, pues el era Cordobés de nacimiento.
En esa tierra para nosotros nueva, fuimos felices, teníamos a la otra abuela, también viuda, otra mujer que trabajó para sus hijos de cocinera, la misma lucha, así que yo crecí con mis padres y hermanos, y con unas abuelas que no querían que nos faltara de nada.
A si que fuimos afortunados,
Este escrito es en memoria de aquellas mujeres que siempre estuvieron a nuestro lado, y que cada día que pasa me doy cuenta que de ellas aprendí a ser una mujer fuerte, que todo se puede, que no hay que desfallecer ante las dificultades que la vida nos pone en el camino.
Con todo mi cariño a esas mujeres que siempre supieron como salir de las penurias.
Sirena